El ave de rapiña y la paloma

Chipungu anoba vana vanjiwa

​Antiguamente, la Paloma y el Ave de Rapiña eran grandes amigas y ambas tenían hijos. Los hijos de la Paloma eran más bonitos que los hijos del Ave de Rapiña. Un bello día, la Paloma fue a buscar comida y el Ave de Rapiña fue a buscar a los hijos de la Paloma con el pretexto de entretenerlos. De cualquier modo, a su amiga no le gustó, habiéndose preguntado el porqué de tal actitud por parte del Ave de Rapiña.

Al día siguiente, la Paloma salió de nuevo en busca de comida, pero en esta ocasión, el Ave de Rapiña robó los hijos de la Paloma y se fugó. Al llegar a casa, la Paloma no encontró sus hijos y se preguntó dónde podían estar: “La verdad es que, ¿El Ave de Rapiña podría haber robado a mis hijos?” Así, empezó la persecución, cantando:

¡Ave de Rapiña, usted tiene dinero!

Denderekunde.

Llevó mis hijos,

Denderekunde,

Dejando los suyos,

Denderekunde,

Que tienen cabeza fea,

Denderekunde.

La Paloma llegó a la casa más próxima y preguntó si habrían visto al Ave de Rapiña. Le respondieron que le habían visto el domingo anterior con bellas crías. La Paloma continuó su persecución y, en otra casa, hizo la misma pregunta. Allí, confirmaron que también habían visto al Ave de Rapiña hace dos días. La Paloma no se cansaba de perseguir, cantando:

¡Ave de Rapiña, usted tiene dinero!

Denderekunde.

Llevó mis hijos,

Denderekunde,

Dejando los suyos,

Denderekunde,

Que tienen cabeza fea,

Denderekunde.

En la tercera casa, dijeron a la Paloma que el Ave de Rapiña había pasado por allí el día anterior y le aconsejaron caminar lo más rápido posible para que encontrara a sus bellas crías. Sin perder más tiempo, la Paloma voló y llegó a la cuarta casa. En esta, explicaron que el Ave de Rapiña había pasado hace poco tiempo y que no se encontraba distante de allí. La Paloma continuó volando y cantando como habitualmente.

En la quinta casa, le dijeron que el Ave de Rapiña se encontraba a pocos metros del local y traía con él bellas crías muy parecidas a la Paloma. Esta continuó corriendo y cantando insistentemente hasta que cogió al Ave de Rapiña. Iniciaron una gran lucha. La Paloma apretó el cuello del Ave de Rapiña y ésta acabó por morir. Así, La Paloma consiguió recuperar a sus hijos y se los llevó de regreso a casa.