El padre y el hijo

Omushamane nokanona

​Padre e hijo llevaron a pastar a los bueyes. El padre vio a lo lejos una manada de búfalos y le dijo al hijo:

— Reúne nuestros bueyes.

Y el hijo contestó:

— Padre, esos no son bueyes, son búfalos.

El padre, enfadado porque su hijo no le obedeció de inmediato, le contestó:

— Hijo, ¡debemos aprovechar esta oportunidad; nunca más tendremos una ocasión igual! Por eso te pido que vayas a buscar a nuestros bueyes, que los juntes con los otros y que los lleves al establo.

El hijo obedeció y condujo todo el ganado hacia el establo. El padre, satisfecho con la obediencia de su hijo le recordó:

— ¡Hijo, no te olvides de cerrar bien el establo!

Después se fueron a casa a dormir. Al día siguiente, el padre fue el primero en levantarse. Estaba ansioso por ver a los animales y fue directo al establo para ver cómo habían pasado la noche.

Cuando llegó al establo se encontró con que todos los bueyes estaban muertos y que los búfalos se habían escapado. Desesperado se llevó las manos a la cabeza y exclamó:

— ¡Ay Dios mío, la pobreza no se va de dónde está!

Moraleja: Es importante saber escuchar los consejos que nos dan, vengan de jóvenes o de nuestros mayores. El que no sigue consejos no llega a viejo.